Un estudio dirigido por el doctor Hengyi Rao, profesor de la Universidad de Pensilvania, sugiere que la falta de sueño provoca un cambio en la actividad cerebral que nos empuja a comer más grasas. El área del cerebro responsable de esto es la red de asignación de relevancia (Salience network, en inglés), que es la encargada de guiarnos en los procesos de toma de decisiones.


Mediante un escáner cerebral, Rao y sus colegas han observado cómo la red cambia en respuesta a la pérdida de sueño, lo que les ha permitido predecir con bastante exactitud cuánto aumenta el apetito de los individuos. Según los autores, su trabajo, que se ha publicado en la revista Scientifc Reports, es el primer estudio científico que demuestra una relación entre una determinada área del cerebro, la falta de sueño y el aumento del apetito.